
Del nacimiento a los seis años niños y niñas pasan a través de varias “sensibilidades creativas” o “Periodos sensitivos” o actualmente lo denominan “ventanas de oportunidad” que son bloques transitorios de tiempo en los cuales los niños y niñas está absorto en un aspecto del ambiente a exclusión de otros.
El científico holandés Hugo de Vries, descubrió los periodos sensitivos en los animales, concretamente en los insectos, pero fue la doctora María Montessori quien los encontró dentro del proceso evolutivo del niño y la niña. Fue un gran hallazgo y posteriormente se pudo aplicar en el campo de la educación.

“Se trata de sensibilidades especiales, que se encuentran en los seres en evolución, es decir, en los estados infantiles, los cuales son pasajeros y se limitan a la adquisición de un carácter determinado. Una vez desarrollado éste carácter, cesa la sensibilidad correspondiente, cada carácter se establece con auxilio de un impulso, de una sensibilidad pasajera”
El niño, el secreto de la infancia. María Montessori. Capítulo 7, pág. 76
El camino para llegar a realizar estos aprendizajes será fácil ya que corresponde a un momento de su evolución, es algo natural en el niño y la niña. Por este motivo, es importante que el niño o la niña no encuentre obstáculos que le impida estas conquistas de su evolución natural.
El orden, es el primer periodo sensible en aparecer. El concepto de orden para la niña o el niño es diferente que el del adulto.
Para el niño o la niña, el orden es una necesidad para poder percibir y comprender el mundo que le rodea. El orden físico en cuanto la relación del niño o la niña en el ambiente y el orden psíquico en cuanto a los ritmos vitales, permitiéndole crear orden mental y organización temporal.
Planificar los momentos más significativos del día ayudará al niño o a la niña conseguir orientarse y sentirse seguro elementos necesarios para el desarrollo de la independencia, concentración e inteligencia.
La reacción de escape del niño o la niña ante la alteración del orden pueden ser los habituales berrinches y si el adulto que le acompaña no conoce los periodos sensibles es fácil confundirlos como un capricho infantil, en realidad es una manifestación interna ante algo que le resulta incómodo.
Anticiparnos, evitar y prevenir muchas rabietas porque saben con antelación lo que va a suceder después, y en consecuencia le ofrece autonomía.
Anticipar las transiciones y las tareas que va a realizar respetando su propio ritmo facilitará su orden interno.
En la primera etapa de la infancia el horario será flexible lo importante será seguir hábitos en su orden vital (ejem.: levantarse, desayunar, vestirse…) Para facilitar las rutinas y hábitos se pueden utilizar tarjetas de apoyo visual.
